miércoles, 2 de septiembre de 2015

Queridos amigos/as del Centro Dari, como os decía ayer en mi correo, voy a ir poniendo en nuestro Blog, unas frases del comentario de Santa Teresa al Padrenuestro, en estas semanas hasta que empecemos los encuentros de Lectura y Meditación y las otras actividades.

En nuestra última reunión se comentó el hecho de decir  oraciones de memoria y rutinariamente... pues el texto de Teresa nos da una idea de la profundidad a la que puede llegar la persona que sabe con quién habla.
Para Teresa la oración es una exigencia del amor. No son conceptos, ni gustos: es un "tú a tú" con el verdadero amigo. El "tú" nuestro tiene que escuchar al Maestro, porque comparte y se comparte y se comunica como amigo.
Teresa considera que Jesús reza al Padre con nosotros, de ahí que unas veces se dirija al Padre y otras a Jesús
Del comentario al Padrenuestro. (Camino de perfección Capítulos 27 al 42)

"Padre nuestro que estás en el cielo"

"En que trata del gran amor que nos mostró el Señor en las primeras palabras del Padrenuestro y lo mucho que importa no hacer ningún caso del linaje, las que de veras queréis ser hijas de Dios.
. ¡Oh Hijo de Dios y Señor mío!
¿Cómo das tanto de una vez, en las primeras palabras? Ya que te humillas tanto juntándote a nosotros y haciéndote hermano de cosa tan baja y miserable,  ¡cómo nos das en nombre de tu Padre todo lo que se puede dar, pues quieres que nos tenga por hijos? ¡ Y tu palabra no puede fallar!
Le obligas a que la cumpla, que no es pequeña carga. Pues siendo Padre nos tiene que sufrir, por graves que sean nuestras ofensas".

"Si nos volvemos a Él, como el hijo pródigo nos ha de perdonar, nos ha de consolar en nuestros trabajos, nos ha de sustentar como la ha de hacer un tal Padre, que por fuerza tiene que ser mejor que todos los padres del mundo!
 Porque en Él se cumple todo bien, y además de todo esto nos haces partícipes y herederos contigo.
. Pues, ¿no os parece, hijas, que es buen Maestro este, que para aficionarnos a que aprendamos lo que nos enseña, comienza haciéndonos tan gran merced? 
¿Os  parecerá ahora razonable, que aunque digamos vocalmente esta palabra, dejemos de entender con el entendimiento, para que se haga pedazos nuestro corazón con ver tal amor?
Buen Padre tenéis, que os lo da el buen Jesús; no se conozca aquí otro padre, para tratar con  Él.
Procurad, hijas mías, ser tales que merezcáis regalaros con Él. Y echaros en sus brazos."
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