viernes, 28 de octubre de 2016

Inauguración del Centro Dari: Una mirada a la realidad

 MIRADA A LA REALIDAD
Algunos amigos me han sugerido que la publique en este blog


Lo que hoy vengo a ofrecerles es una breve reflexión sobre lo que puede significar el análisis de la realidad como herramienta para un mejor desvelamiento de los muros que sostienen la injusticia hoy en nuestro entorno. Les  ofrezco el fruto de mis lecturas, de mi experiencia, de mi reflexión. Que espero les sea útil.
Es obvio que no escogemos el momento histórico que nos toca vivir. Se nos impone como regalo y como tarea, como oportunidad y como fardo. Este momento que vivimos es un momento de umbral, de paso, de tránsito hacia otra cosa que no conocemos…, por eso nos es tan difícil asir la realidad, explicarla, conocerla…, porque hay como algo que la empuja hacia lo nuevo, hacia algo que está por nacer y ante lo que no sabemos qué hacer porque, como todas las épocas de tránsito, está marcada por la indefinición y los contrastes y las categorías que manejamos para definir lo que ocurre son ya viejas categorías y, por tanto, se sabe mejor aquello que no se quiere, que lo que hay que buscar y por lo que hay que luchar.
Me atrevo a deducir que sólo el hecho de que ustedes estén aquí esta tarde revela su inquietud por transitar caminos nuevos de actualización de su modo de pensar, de mirar, de interpretar  la realidad…y deduzco también que, a buen seguro, ustedes intentan estar informados, acostumbran a leer, a reflexionar…



Digo esto porque, muy al contrario, las generaciones más jóvenes (generalizando, claro está), leen muy poco… lo que da de sí su Facebook o los 140 caracteres de su twitter. Los adolescentes no soportan leer más de 10 líneas en la pantalla del ordenador…, y tampoco suelen leer en papel porque para ellos es como si leyesen en papiros egipcios y se cansan rápido…

Hoy, un 60 por ciento de los menores de 13 años ya lee siempre en formato electrónico y de esos, el 93, 2 por ciento usa Internet como fuente única de acceso al conocimiento. Las tecnologías de la comunicación, además,  no son sólo herramientas o dispositivos electrónicos, sino que son “contextos, condiciones ambientales que están haciendo posible nuevas maneras de ser y de pensar”, lo que está propiciando la gestación de un nuevo ser humano.

Nadie pudo prever que Internet pudiera crecer, desarrollarse y universalizarse de esta forma. Los expertos dicen que senecesitaron treinta y ocho  años para conseguir que la radio alcanzase los cincuenta millones de usuarios, con la televisión el proceso fue más rápido, sólo se necesitaron trece años para conseguir esos 50 millones, con Internet únicamente se necesitaron cinco para superar dicha cifra. Hoy, más de 3.000 millones de personas usan la Red en el mundo, lo que no quiere decir que la brecha digital haya desaparecido… Como saben, la brecha digital es esa separación que existe entre las personas, comunidades, Estados, países… que utilizan las Tecnologías de Información y Comunicación como una parte rutinaria de su vida diaria, y aquellas que no tienen acceso a las mismas y que aunque lo tengan, no saben cómo utilizarlas… (No tener acceso a la Red es por razones obvias: 1. porque aún existen 790 millones de analfabetos en elmundo de los cuales dos tercios son mujeres y niñas y 2. porque un cuarto de la población mundial vive sin electricidad y sin teléfono). 


Si vamos a mirar la realidad, cabría preguntarnos ¿qué es la realidad?, ¿realmente podemos “mirar” la realidad? ¿el mundo que vemos es el real? ¿Cómo hemos obtenido el conocimiento que tenemos de la realidad?, ¿Cuáles han sido nuestras fuentes de conocimiento?, ¿Sabemos las cosas porque otros nos las han dicho, las hemos estudiado o las conocemos por experiencia propia?...

Lo que vemos de la realidad es siempre percibido desde un cierto ángulo de visión. Uno de los filósofos contemporáneos que ha prestado gran atención a este aspecto es Paul Ricoeur. Todo su sistema filosófico está construido sobre el supuesto de que el conocimiento humano es esencialmente una perspectiva. Cada persona tiene una verdad "relativa"; razón por la cual ésta no es propiedad privada ni absoluta de nadie. Nadie está en poder de la verdad. Incluso las verdades religiosas, llamadas dogmas, son simples creencias. No existe la verdad absoluta; simplemente existen aproximaciones a la verdad.

Otro filósofo español, José Ortega y Gasset, incluía el tiempo y el espacio en que nos tocaba vivir como elementos inherentes a nuestra naturaleza humana. Decía: “yo soy yo y mi circunstancia”. Sin duda una frase que muchos recordamos, pero nos olvidamos frecuentemente de la segunda parte: “Y si no la salvo ella, no me salvo a mí”. Con ello Ortega quería expresar la responsabilidad de cada ser humano por el tiempo en el que le toca vivir. No somosseres ajenos a una dimensión comunitaria, no podemos pensar en salvarnos a nosotros mismos si no hacemos algo por salvar el tiempo en el que se desarrolla nuestra vida.
Pero posiblemente la primera vez que alguien reflexionó sobre la falsedad del mundo conocido… ya en el S.IV a. C, fue el gran filósofo griego Platón cuando describió su famosa alegoría el Mito de la Caverna.

La Caverna de la que habla Platón es una representación de la sociedad.
Aparecen unas personas, atadas de pies y manos, sentadas en la oscuridad de una cueva, observando unas sombras que se proyectan desde un lugar inalcanzable para la vista de estos individuos. Las sombras son lo único que ven, son lo único que conocen. Llevan toda su vida viviendo en esa situación, y para ellos el mundo real es el que ven en las sombras.
Platón consideraba que la sociedad vivía en la ignorancia, engañada por una serie de poderes (políticos, religiosos, económicos…) que manipulaban la realidad y engañaban a la población.
Y según él, para salir de esa Caverna el individuo tiene que hacer un ejercicio de reflexión para conseguir su libertad, para pensar críticamente, para cuestionarse el sistema establecido y sospechar de la información que recibe.

·        Por lo tanto, primera cuestión importantísima que de no estar atentospuede incapacitarnos para mirar y analizar la realidad. Es esta: No hay que dejarse informar, hay que informarse.

Muchísima gente adopta una posición pasiva ante la información. Se limita a comprar un periódico por la mañana y a sentarse delante del televisor al mediodía o a la hora de cenar… y comenzar a escuchar lo que nos cuentan.
·         Debemos saber que la información es hoy espectáculo,
·         la información es un negocio,
·         la información es universal pero uniforme, no plural (y ya si tenemos siempre el mismo periódico en casa y escuchamos la misma cadena de radio… apaga y vámonos…).
Formarse e informarse cuesta. Sentarse frente a un televisor y ver lo que ocurre no es estar informado, porque el periodismo televisivo, se estructura como una ficción, no está hecho para informar, sino para distraer.
Debemos ser capaces de distinguir entre el espectáculo y la información. Nuestro mundo nos brinda hoy muchas posibilidades de conocimiento, hay que saber utilizarlas y encontrarlas (son muy útiles los documentos que publican las ONGs, el saber bucear en Internet, webs, Blogs y revistas con información alternativa, de Instituciones, Fundaciones, Organismos Internacionales, Universidades, Observatorios, etc…
Esta tarea entra, como dice el teólogo José Luis Segovia Bernabé, dentro de nuestra “responsabilidad de tener ojos”.

También el cine se ha planteado muchas veces el tema de que es posible que vivamos un mundo artificial y la dificultad que tiene el ser humano de conocer el mundo real. Es el caso de películas como El Show de Truman  o la saga de Matrix.

En El Show de Truman (tru man suena inglés al traducirlo a una cosa así como “hombre verdadero”, en alusión a que es el único ser real en un mundo ficticio…) vemos una sociedad enganchada al televisor, que sigue el show de Truman como si sus propias vidas estuvieran ligadas al destino del personaje.
Para empezar, debemos preguntarnos: ¿por qué se engancha la gente a programas de televisión tan simples? Hay que recordar que el programa El Show de Trumandel que habla la película, no tiene mayor interés que ver cómo un hombre se despierta, desayuna, va al trabajo y se sienta por la tarde a ver la televisión. Es un programa que sigue las 24 horas del día de una persona que no es nada interesante,nunca le ocurre nada extraordinario, su vida es una aburrida rutina que hasta él mismo aborrece... Y aun así, millones de personas conectan cada día con la televisión para ver el programa… Esto recuerda al programita de televisión Gran Hermano  que se ve en muchos países…
Entonces, ¿por qué se engancha la gente a programas así?Pues porque además de ser una medicina para escapar del aburrimiento diario, los programas de la telebasura cumplen una función sociopolítica, en el sentido de que ayudan a formar determinados perfiles sociales. Consiguen “fabricar” una importante masa de población con un nulo sentido crítico y sin apenas conciencia política, de esta forma, ayudan a mantener el sistema establecido.
Por su parte, en la saga de películas Matrix la idea de que el mundo en el que vivimos es engañoso y falso se lleva al extremo: la película sostiene que la sociedad está viviendo en un mundo irreal, que es en realidad un programa informático llamado Matrix.
Y en ella se hace una dura crítica social a la mayoría silenciosa, a esa gran parte de la sociedad que no quiere o no sabe abrir los ojos. A esa población que prefiere seguir maniatada en la caverna, mirando sombras. Por una parte, es una población demasiado atemorizada como para rebelarse contra el sistema establecido porque tiene miedo a que si desaparece ese modelo, puede perder la tranquilidad y la estabilidad socioeconómica que disfruta.

Este uso del miedo como medio de control de la población ya lo planteó George Orwell en su libro 1984 donde presenta a una población que vive bajo el dominio absoluto de una superestructura de poder denominada Gran Hermano. Esta entidad, que funciona como un dios omnipresente, somete a la sociedad atemorizándola con la guerra y la esclavitud.

·        Por lo tanto, segunda cuestión a la que estar atentos/as para mirar la realidad: El uso del miedo es una de las formas de ocultar el verdadero mundo real, puesto que una sociedad con miedo es una sociedad que no se atreve a cuestionar el sistema establecido ni a reflexionar.Cuando sentimos miedo, la capacidad crítica desaparece.

El recurso del miedo está hoy súper-explotado: Es la política de Donald Trump (levantemos un muro entre Méjico y Estados Unidos porque ellos son violadores, ladrones…, o lo que pasa en Europa con los emigrantes o con los refugiados… O el discurso que existe frente a los musulmanes y el terrorismo…)

El arma más poderosa de control y de dominación del ser humano  es el miedo.
El miedo es la razón por la que el sistema se mantiene vivo. Numerosos desencadenantes del miedo dependen de la sociedad a la que pertenecemos, pero al parecer, los sociólogos coinciden en que los más importantes desencadenantes de miedo en casi todas las culturas del planeta son tres:
·         la inseguridad,
·         el terrorismo
·         y la pobreza.
Por lo tanto, atentos al miedo, a los miedos. Dejar que nos atrapen nos incapacita para mirar la realidad...

El miedo es una emoción básica de la humanidad… y eso lo saben también los mercaderes, los que venden cosas… porque el miedo vende, genera telespectadores, oyentes y lectores… Las noticias alarmistas, de guerra y de catástrofes son las que mantienen la economía de los modernos medios de comunicación.

Los profesionales de la información parece no saber comunicar noticias que construyan, solidarias, esperanzadoras… prefieren ser profesionales
difusores del miedo… La utopía formulada por Paul Éluard, que decía otro mundo es posible, basada en que se puede construir entre todos, no concita portadas.


Bien, hasta ahora hemos visto las dos estrategias que usa el poder mediático y el político para controlar a la población: infundir miedo y manipular la información. 

Llegados a este punto, cabría preguntarse también: ¿pero la gente quiere saber, de verdad, como es la realidad?, ¿ustedes en concreto quieren conocerla? ¿hasta qué punto estamos dispuestos a romper con el sistema social, económico y político en el que vivimos? Sin duda, para muchos y muchas personas en el mundo la ignorancia es la felicidad… “Ojos que no ven, corazón que no siente”, dice nuestro refranero.

Una parte importante de la población mundial vive en burbujas, alejada del verdadero mundo real. La mayoría de la población prefiere vivir en el falso mundo porque se vive mejor. Así el sistema triunfa. Parece que  la recompensa de la libertad no vale la pena frente a la dulce cadena perpetua de la ignorancia.
Hoy no son cuerdas las que nos tienen presos, como en el Mito de la Caverna, sino otro tipo de cadenas. El sistema ha desarrollado estrategias mucho más inteligentes que el uso de la fuerza o la opresión. En este aspecto podemos decir que Aldous Huxley, el escritor británico que fue Premio Novel, acertó con su premonición en su obra Un mundo feliz, cuando apuntaba a que el poder controlaría a la población a través de las cosas que más gustan a la gente.

¿Y cuáles son las cosas que más gustan a la gente hoy?: el consumo y la diversión. Nuevos placeres que nos ofrece la vida y que no dudamos en abrazar.

Hasta ese espacio idílico que llamamos Internet, que creemos es símbolo de lo gratuito, lo es sólo en parte. Porque, que Internet sea gratis se paga… se paga consumiendo esa publicidad que nos asalta por todas partes cuando navegamos por sus páginas. Y es que la Red se ha convertido en un centro comercial que vende de todo: viajes, coches, ropa, productos culturales, dietas...

Internet, como saben, registra nuestros gustos y aficiones para hacernos después toda clase de proposiciones comerciales… Esa pantalla que utilizo para ver el mundo, también está sirviendo para que me vean a mí.

En la actualidad, hay personas que entienden que ejercer los derechos políticos o tener derechos sociales esenciales como la educación o la salud gratuita, no es tan importante para el ejercicio de la ciudadanía como la posibilidad de consumir bienes materiales.
Hemos convertido el espacio sociopolítico en un mercado. Ya no somos ciudadanos y ciudadanas, sino consumidores, es decir, una nueva especie con dos patas cuya finalidad fundamental en la vida consiste en ser un tragaldabas.
En esta sociedad nuestra que con precisión se denomina "de consumo” podría decirse, desgraciadamente, que nuestra capacidad de consumir es lo que nos constituye en sujetos políticos. Esto significa que el poderciudadano se limita hoy al poder adquisitivo. Es decir, que quien no tiene capacidad de acceder a los objetos de consumo no es nadie, es, literalmente, insignificante hoy. Es invisible.
Se habrán dado cuenta de que, todos hoy, seamos del país que seamos, por obra y gracia de eso que llamamos globalización, usamos una ropa semejante, tenemos los mismos electrodomésticos en nuestras casas, escuchamos las mismas músicas… pero diferimos en las oportunidades de elección más importantes: la posibilidad de educación, de vivienda, de salud… el consumo es un espejismo que nos aboca a la paridad en lo superfluo y a la desigualdad en lo necesario.

·        Por lo tanto, tercera cuestión importantísima para mirar la realidad: hemos de vivir atentos a estas nuevas formas de dominio, de control, propiciadas por la incitación del mercado al consumo.

Hoy la publicidadsabe crear con eficacia sentimientos de carencia en todos nosotros…Sabe convertir a las mercancías en mágicos conjuntos contra la soledad. Nos vende que las cosas tienen atributos humanos: acarician, acompañan, comprenden, ayudan, el perfume te besa y el coche es el amigo que nunca falla. Y las cosas, te dicen los expertos publicitarios, no solamente pueden abrazar, embellecerte, hacerte mejor persona... ellas también pueden ser símbolos de un lugar social, salvoconductos para moverse en una sociedad de clases, llaves de acceso a identidades soñadas…
La cuestión de la identidad es lo que le interesa ahora al mercado. El paradigma publicitario está cambiando:
-      Antes, una se compraba unos zapatos por necesidad, respondiendo a un capitalismo de producción.
-       Después durante muchos años  se generó en los consumidores la necesidad de ir a la moda, que no es más que generar diversas tendencias efímeras que unifican a los compradores más que los distinguen.

-       Más tarde la publicidad se especializó en generar deseos; el deseo se diferencia de la necesidad en que es generado por el marketing que hace de los objetos de consumo productos atrayentes, de tal manera que yo no compro un bocadillo porque tengo hambre, sino que lo que quiero es satisfacer mi deseo de ir a Pans and Company o a McDonald.

-       Y ahora el mercado nos vende estilos de vida y modos de ser… nos invita a ser un hombre Armani o una chica Coca-Cola, o un joven Adidas, o una chica Cloé… las marcas se han convertido en rutas de identidad por las que el sujeto es desarraigado de sus pertenencias culturales.
Las empresas han entrado ya en el ámbito del ser, un ámbito antes reservado a las agencias de sentido (como eran la iglesia, el partido, la escuela, la universidad, la familia…): El declive de estas agencias de sentido como identificadores  se relaciona hoy con el ascenso de la identidad mediática que se nos vende…

·        Última cuestión importantísima para analizar nuestra realidad hoy: Hemos de trabajar en nosotros, como ciudadanos, la capacidad de cambio y la capacidad de diálogo.
Hoy, la sociedad, el mundo, nos exige generar un modo de ser constantemente preparado para el cambio, a cualquier edad… Y esto significa dos cosas:
1.    Una, que se ha de ser muy dúctil, muy móvil por dentro…, que no nos debemos aferrar a ninguna seguridad ni dar nada por absoluto.

2.    Y, dos, estar especialmente atentos  a trabajar constantemente en nosotros el pensamiento crítico… ¿Qué quiere decir esto del pensamiento crítico? No todo pensamiento es crítico. Hay mucha reflexión sobre la realidad que nace del interés o de la sed de saber. ¿Qué añade el adjetivo crítico?
Pues lo que aporta son tres cosas:

1.    la capacidad de saber denunciar, que nace de un estudio serio y profundo al comparar la realidad tal y como es con lo que podría ser. Saber denunciar.

2.    la capacidad de ser constructivo o constructiva.

3.    Por último, el pensamiento crítico no sólo debe saber denunciar lo que falta y ser constructivo, sino también valorar lo que hay. Los verdaderos críticos no sólo hacen análisis demoledores, sino que son capaces de apreciar lo bueno. El pensador crítico es agradecido, capaz de admirarse y alegrarse con lo que vale la pena… y apoyarlo.

En definitiva, el pensamiento crítico supone aunar la protesta con la propuesta. Protestar proponiendo.

Y junto con la preparación constante para el cambio, hoy es esencial ser personas con capacidades reales parael diálogo, ser personas dialogantes. El diálogo se aprende y hay que ejercitarlo. Nuestro mundo es hoy plural y hay que saber dialogar con esa pluralidad y diversidad que nos rodea.
ACABADOS ESTOS PREVIOS  vamos a ver ahora una mirada a la realidad, incompleta, es la mía en este caso… Sobre la que hay que decir dos cosas:
-      Una mirada nunca es neutra. Vemos las cosas no como son sino como somos.
-      Y no cualquier sitio desde el que miramos la realidad es válido…

¿Qué necesitamos para ser capaces de mirar la realidad?

Doy algunas claves:
1.    Necesitamos tiempo y paciencia. Tiempos de silencio para procesar la realidad en nuestro laboratorio interior. Si no hay silencio, nuestro contacto con la realidad será superficial.

2.    Necesitamos ablandar nuestras rigideces y vencer nuestras resistencias.

3.    Necesitamos sospechar de nuestra propia mirada. Es muy posible, es casi seguro, que esté distorsionada. Hemos de sospechar siempre, dudar siempre, no aferrarnos a nada, no dar nada por seguro. La duda es el único camino hacia el conocimiento.


4.    Cuarta clave: necesitamos saber manejar el conflicto. Una mirada a la realidad nos pondrá de frente con la pluralidad, con lo diferente… El conflicto es muy sano, nos hace avanzar, pero hay que saber manejarlo.

5.    Quinta: mirar la realidad requiere estudio: comprender su fondo ideológico y el de las personas (valores, usos y acciones), su horizonte simbólico, la filosofía imperante...

¿Qué tiempo dedicamos al estudio, a las lecturas plurales, a la reflexión  o a debatir con otros que no piensen como yo?
Voy a hablar ahora de algunas de las paredes que se están cayendo en nuestro entorno más cercano y de UN ESCENARIO que en mi opinión no se puede dejar de mirar hoy al realizar una mirada global a la realidad (cabrían muchos más escenarios pero el tiempo es el que es):


Comencemos por esas paredes que se desmoronan:
Vivimos  ensimismados por una economía que hace aguas en todo el planeta y que castiga especialmente a los más débiles, por eso a veces no hemos sabido ver que otrasdimensiones de la vida personal y social empezaban a tambalearse. Que las paredes entre las que creíamos vivir se han ido desmoronando:

·         La primera pared que está cayendo es la de la política: aumenta la corrupción, se va perdiendo transparencia. La clase política es casi una casta endogámica, más pendiente de defender sus privilegios y sus estrategias electorales que de las tareas y necesidades ligadas a los pueblos que gobiernan.
Vivimos una época de desprestigio y de desencanto de la política. Lo político ha caído como referente de sentido y nos vamos quedando solos ante el pragmatismo, el utilitarismo y la eficacia (todos ellos valores económicos) y como consecuencia, el individuo se va encerrando en su esfera privada: la familia, su trabajo, el consumo… y desaparecen conceptos como el Bien común o la moral pública.

·         Está cayendo la pared que sustentaba la sociedad civil. La sociedad civil son todos esos movimientos que se encuentran a medio camino entre los partidos políticos y la ciudadanía: instituciones, prensa, asociaciones, iglesias… Y hoy, los analistas coinciden en que la ciudadanía está adormecida, anestesiada y muy fragmentada, de tal forma que su participación en la construcción social y política queda reducida al voto. El asociacionismo está de capa caída y los sindicatos han perdido credibilidad.

La hegemonía del mercado es tan fuerte que funciona la idea de que la persona es lo que hace para ganarse la vida. Estamos ante un mercado global férreo que está rompiendo los lazos de solidaridad y haciendo trazas el tejido social comunitario expulsando hacia los márgenes lo que le sobra.

·         La pared de la cultura también se desmorona, entendida  “la cultura”  en esta ocasión, como saber (no me refiero a cultura en sentido antropológico y sociológico, que es un concepto más amplio) porque aunque sigue habiendo en todo el mundo mucho talento, innovación y generaciones de jóvenes con una preparación muy superior a la de sus padres o abuelos, gente brillante y lúcida…, la realidad es que la cultura tiene también su suelo agrietado:

1.    El primer suelo agrietado de la cultura es la crisis de pensamiento, porque en el mundo hoy lo racional no vende. No hay interés en reflexionar, analizar, comprender, leer, compartir las propias ideas con otros. Lo que vende es la pasión, el sentimiento, la improvisación, la espontaneidad… hasta tal punto de que hoy en periodismo ya no se habla de opinión pública, sino de la emoción pública.

2.    Hay una grieta más en el suelo de la cultura que es la crisis moral y ética, porque nuestras sociedades son terriblemente relativistas y hay una ausencia muy alarmante de fundamentos. ¿En que basar la moral hoy se pregunta la gente?¿En qué apoyarnos para decir “esto está bien” o “esto está mal”? Las cosmovisiones religiosas antes posibilitaban este suelo firme, pero hoy no son comúnmente aceptadas y las grandes ideologías tampoco porque no ofrecen garantías… Las seguridades han desaparecido.

3.    Y, por último, quisiera nombrar una grieta más de la cultura (ahora sí entendida en su sentido antropológico y sociológico): la originada por la pérdida definitiva de los asideros que la modernidad y la posmodernidad ofrecían.

Durante todo el período histórico ocupado por la modernidad construimos una sociedad de masas que nos deshumanizó y nos arrastró al sufrimiento del individualismo.

Llegaron luego los años ’70 con toda su locura libertaria motivando el nacimiento de la posmodernidad, marcada por el  relativismo cultural, el desencanto, la renuncia a las utopías, la información convertida en entretenimiento, la ausencia de los grandes relatos…
(los grandes relatos o los metarrelatos, son las grandes ideologías del siglo XIX, que eclosionaron en el siglo XX, como el liberalismo, el socialismo, el fascismo, el totalitarismo o el cristianismo de nuevo cuño , es decir, todos esos “ismos” cuya aspiración era explicar totalmente la realidad).

Y hoy, nos toca peregrinar por la  transmodernidad. Llamada también por Jameson «el capitalismo tardío» o por Bauman «la modernidad líquida» o por Zizek []«el desierto de lo real», o la “segunda modernidad” por Beck, o la “hipermodernidad” por Lipovetsky. Es decir, por un mundo conectado global y localmente de forma simultánea,  marcado por la interactividad multicultural.

Para la Transmodernidad existe un Gran Relato que es la Globalización. Globalización económica, política, informática, social, cultural, ecológica..., donde todo está interconectado, configurando un magma difuso, pero  totalizador, que muchos han llamado  pensamiento único.
La transmodernidad constituye un punto de no retorno ante nuestras antiguas certezas. En ella, la realidad material ha sido amplificada y modificada por la realidad virtual, por la transmisibilidad de la información en tiempo real.

Junto con estas paredes que se resquebrajan, yo quisiera abordar hoy con ustedes UN escenariode carácter mundial alque especialmente hemos de estar atentos y atentasporque saber comprenderlos nos ayudará a ir transformándolos con nuestras actitudes.

Este  escenario es el de:
·         Mirar de frente, o enfrentarse, a la Injusticia

La globalización nos hace creer que nos encaminamos hacia un mundo único, cuando, en realidad, entraña la exclusión de una gran parte de la humanidad. El capitalismo global que preconiza ha hecho ciertamente que se recuperen de la extrema pobreza y la miseria algunas regiones del planeta (China, India, países de América Latina…), pero la realidad es que en estos contextos el número de empobrecidos nunca varía (el capitalismo global es como un colchón de burbujas que si haces descender una sale otra un poco más allá…). Este es el problema, no cuantos empobrecidos genera el capitalismo, sino el hecho de que es un sistema que genera pobreza y riqueza a la vez, integración y exclusión a la vez, como un proceso normal, porque la expulsión del sistema es parte de su lógica.

Los procesos de desigualdad, pobreza y exclusión social desvelan una misma tendencia en cualquier ciclo neoliberal y capitalista: la de su mantenimiento y profundización a pesar del crecimiento económico. Está consolidada la precariedad como rasgo de la estructura social

¿Cómo es posible que en un mundo donde es tan fácil el acceso al conocimiento, a la información,mucha gente no sepa que el hambre mata cada año a más personas que el SIDA, la malaria y la tuberculosis juntas?

Si queremos ser honrados con La Realidad, tenemos que afirmar con claridad que hoy en día por la adquisición de un jugador de fútbol se desembolsa la cuarta parte del presupuesto nacional del Chad, y que tres personas -los más ricos-, disponen de los mismos recursos que 600 millones de seres humanos…O que la extrema pobreza afecta a  unos 1.500 millones de personas y el 70% de ellas son mujeres… O que existen ya 60 millones de refugiados y desplazados en el planeta, lo que supera con creces las cifras de la II Guerra Mundial, o que sólo en lo que va de año han muerto en el mar más de 500 niños intentando llegar a Europa…

Y voy a detenerme aquí un poquito dado que vivimos tan de cerca el tema de las migraciones en este país:

Todos sabemos que la globalización deja orillados a pueblos enteros, tan sólo porque no tienen interés para el comercio, ni significan nada para el mercado, ni son capaces de competir. Lo que hace que hoy crezca cada vez más y máseso que se llama “aporofobia”, que es el miedo al pobre, el rechazo al excluido del mercado, el desprecio al que carece de recursos. Ya no es tanto la xenofobia (miedo al extranjero) lo que experimentan nuestras sociedades occidentales sino el miedo al pobre: No marginamos al inmigrante si es rico, ni al negro que es un jugador de baloncesto, ni al jubilado árabe ricachón que vive en Marbella… marginamos a los pobres.
Y para ello,utilizamos mecanismos de exclusión: desde los más burdos hasta los más refinados.
Entre los mecanismos más burdos hay dos especialmente crueles que tienen una gran actualidad hoy:
·         Está en primer lugar, la desaparición física que despliegan los Estados a modo de limpieza étnica o eliminación del migrante mediante el naufragio en el mar; helicópteros y lanchas de vigilancia, cámaras de infrarrojos, los radares, las vallas electrificadas (sólo la de Ceuta costó 50 Millones de euros); es imposible saber el número real de víctimas del drama de las pateras, la ONG marroquí Asociación de Familias de Víctimas de la Inmigración clandestina las eleva sólo este año a 10.000.
·         Junto con las prácticas disuasorias, también es frecuente entre nosotros practicar la demonización del inmigrante, a quienes mostramos de forma alarmista y sensacionalista como los causantesdel aumento de la delincuencia, del paro, de la inseguridad ciudadana…

Y si pasamos a los mecanismos de exclusión más refinados, podemos referirnos a dos:
·         En primer lugar, la reducción instrumental del extraño a recurso. Se aceptan mientras sirvan para algo. Aceptamos a los que los empresarios necesitan, a los que no nos molestan en los solares en construcción, ni en las fábricas, ni en los restaurantes, ni llevando del brazo a los ancianos, ni limpiando en nuestras casas…, pero que nos hieren y nos ofenden si hay demasiados en los paseos del domingo, en las discotecas o en la plaza del pueblo. África interesa como lugar exótico para un safari, pero es ignorada por el comercio mundial, a no ser que sea para explotar sus recursos o para trocearla en cachitos.
·         Y el segundo mecanismo de exclusión refinado es: la generalización. El Holocausto nazi fue posible gracias a la generalización. La generalización es equiparable al anonimato…Cuando el vecino dejó de ser Maria o Helmut, o Jurgen, y pasó a llamarse “judío” empezó el largo trayecto hacia el holocausto; porque con un abstracto no puedes relacionarte, no caben vínculos, no cabe el encuentro…
Con estos mecanismos empieza a producirse lo que ZigmutBAUMAN, el sociólogo, ha llamado la producción social de la distancia, que es la condición previa para la exclusión social.

¿QUÉ LES DIRÉ POR ÚLTIMO?
¿Para qué (no por qué)…Para qué es importante hacer un análisis certero de lo que está sucediendoen nuestro entorno, en nuestro mundo hoy?
·         Pues en primerlugar, el fin último del análisis de la realidad es el de conocer paratransformar, para incidir…El final del proceso, como decíael escritor estadounidense Saúl Alinsky, es: “Hacer lo que se pueda con lo que se tenga”.
·         Y en segundo lugar, el fin del análisis de la realidades enriquecer el conocimiento delo que somos y de cuanto nos fortalece, es decir, de cuanto nos humaniza
Buena parte del dolor que experimentan los hombres y mujeres de hoy proviene de un error capital: el de dar más importancia al parecer que al ser, por lo tanto tender a mejorar no la propia vida y la de quienes nos rodean, sino su envoltura.
En menos de 30 años se ha pasado de decir ¡tenemos tantas cosas que hacer!, a decir ¡aquíno hay nada que hacer! Nos hemos resignado a vivir en la mediocridad, nos hemos hecho cómplices de las situaciones de injusticia, ya no movemos un dedo por construir un mundo mejor, sino uno tolerable.
Vivimos en sociedades cuyo ideal no es precisamente la búsqueda del bien común, de la libertad, de la igualdad, de la solidaridad…sino la compra de un “aifon” de última generación.
Hoy nos conformamos con agregarnos a la mayoría silenciosa en vez de levantar la voz.
Pero hay algo que no nos podemos permitir ni un día más: la pasividad provocada por la creencia de que nada o muy poco podemos hacer y es mejor no intentarlo.
El mundo también está en nuestras manos. La pregunta inicial es ¿qué hago yo?... Qué hago por la paz, por la solidaridad, por la sostenibilidad del planeta, por el desarrollo de todos los pueblos, por la igualdad, incluso por mi propia vida y por tantos y tantos ideales… Por favor, no renuncien a sus ideales, a sus sueños… Yo estoy segura de que lo que se sueña acaba por cumplirse, si quienes lo desean lo desean con pasión, y con pasión ayudan a su sueño.

Manoli Aguilera
Directora del Consejo de Cultura


_____________________



No hay comentarios:

Publicar un comentario