miércoles, 30 de noviembre de 2016

SEGUNDA CONFERENCIA SOBRE AMORIS LAETITIA

Francisco Alarcos sobre “La alegría del amor”
Se trata de echar una mirada transversal para fijarnos más detenidamente en lo sustantivo  por la novedad que aporta.
La primera impresión: es que uno se pregunta ¿para quién escribe el Papa? después de dos sínodos, sobre la familia. ¿De qué familia habla? Sin duda ninguna tiene en cuanta fundamentalmente a la familia occidental. Este documento llega más directamente a los problemas que tenemos en occidente. Ni las familias africanas, indias o de América andina tienen estos rasgos. Allí no se descarta a los ancianos, ni se vive con tanta prisa etc. Quien vive la prisa somos nosotros, luego podemos decir que no tiene una visión global es una simple constatación. Hay capítulos, por ejemplo el 1,  en los que nos recuerda lo que todos sabemos…

En el II, nº 33 aparecen tres desafíos de nuestra realidad: lo frágil de las relacionesel rechazo de la institución del matrimonio, y en tercer lugar que nada es para siempre.
En el nº 34 Nos dice que la familia no es un lugar de paso, sino un punto de anclaje en la que todo puede vivirse en libertad. Y en nuestra sociedad en cambio se puede vivir en una gran orfandad de soledad. Y la familia es un espacio en el que nos construimos como seres humanos.


Nº 36 Aborda el tema de la procreación, que durante muchos siglos se ha considerado el fin primordial y casi único del matrimonio. Además como un deber, y se ha ocultado el afecto, la sexualidad, la intimidad, la complicidad amorosa de los seres humanos. Y precisamente eso es lo que constituye una comunidad de acogida. Critica el que la familia sea considerada desde el punto de vista utilitarista porque olvida todo el resto… (Leer esos números.)
En el nº 37 insiste en formar las conciencias, pero no sustituirlas. Parece que cuesta trabajo dejar espacio a la conciencia de los fieles. La pareja es un sagrario en el que no se puede hurgar  para decirle lo que está bien o está mal.
Habló también más de compartir que de acompañar. Comparten las personas, el perro acompaña.
Nº 52 Reconoce la variedad de situaciones familiares… Leerlo y el nº 52 los derechos de la mujer y el 57 en donde la familia no se queda en un estereotipo, a partir de las reflexiones sinodales. No aceptar esta realidad sería caer en la trampa de las quejas. Otra trampa sería la idea de la familia ideal. La familia, la pareja es la artesanía del amor. Hay brotes, señales del Reino en donde hay amor y respeto.
Y llegamos a uno de los puntos en que se abre el horizonte a una auténtica creatividad, se trata de saber qué es el Sacramento del matrimonio. Desde luego no es una convención social. El Sacramente es el signo visible del amor de Jesucristo y su Iglesia. Hasta el concilio de Trento no cuajaron los sacramentos. Antes había bendiciones, y que los más mayores hemos conocido, que se hacían ante la comunidad, pero no era sacramento.
Defiende la indisolubilidad del sacramento. Que Jesús está con su comunidad lo visibiliza el matrimonio. Porque el sacramento lleva consigo  una dimensión ministerial, es vocacional, es para los demás…
Podría pensarse en unos sacramentos gradualizados  como sucede con el sacramento del Orden: diácono, presbítero, obispo. Lo mismo podría hacerse con el matrimonio: empezar con la bendición y llegar al sacramento por vocación… El Papa está indicando esa creatividad…

Nº 72 La decisión de casarse debe ser fruto de un discernimiento vocacional
Seguimos leyendo:
Cap. IV Da buenos consejos…no terminar el día sin hacer las paces… que se cuide la alegría, el momento de intimidad, de gozo…
Nº 163 Muy importante, reconoce que no podemos prometernos tener los mismos sentimientos durante toda la vida, pero sí tener un  proyecto común que nos compromete
 No confiarnos al sentimentalismo sino proyecto pensado, amasado. Crecer en sabiduría
Cap. V Transmisión de la vida,.. Paternidad responsable, asumir la responsabilidad de las vidas que se traen al mundo.. nº 71 Valora el feminismo. La alegría de la maternidad
Nº 199 En diálogo desarrollar nuevos caminos pastorales.
Nº 211 Ante esta realidad no se trata de imponer normativas.
Nº 241 Hay que reconocer que la separación a veces es moralmente  necesaria, inevitable… por proteger a los hijos…No siempre hay que aguantar…
Nº 243 A las personas divorciadas hacerles sentir que son parte de la Iglesia
Cap. VII La educación de los hijos, es la familia el primer espacio educativo.
El Cap. VIII que ha levantado tanta polvareda, lo que está en juego es una tradición de la Iglesia. Hay quien defiende las cuestiones de moral como si fueran dogmáticas. Y la moral nunca es dogma. Si en lugar de recibir un sacramento sin saber bien lo que hacían, sin saber lo que realmente comporta, hubiera habido una bendición no estaríamos en la situación actual. Este es otro campo en el que la Iglesia tendrá que dar un impulso creativo.
 Leer todo el capítulo.

No se va a disolver el dogma: el matrimonio es indisoluble; pero hay que hacer un discernimiento adecuado, sabiendo que no hay recetas sencillas. Los divorciados deben de ser integrados en la Iglesia como madre que los acoge.

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