La presencia de Cristo Resucitado a sus discípulos y discípulas tranquiliza,
alivia, pacifica, sana las heridas, construye la unidad. Es una llamada a cultivar la memoria
espiritual en nuestras vidas para no dejar perder la fuerza de vida del
Evangelio. Las mujeres son las primeras testigos de la Resurrección. Ellas corrieron a llevar la noticia a los discípulos, que no les creen. En este tiempo sinodal, pidamos al Espíritu por la Iglesia en proceso de discernimiento:
Señor,
concédenos una Iglesia que avance,
Que nos haga llegar el Amor que Nos tienes,
Que nos conduzca por el camino del encuentro.
Concédenos también, la sabiduría del discernimiento,
Y el valor de afrontar sin quedar dañados,
Los fallos y desaciertos que cometemos.
Concédenos la capacidad de comprensión y perdón
De unos con otros, por la torpeza de no acertar
Con Tu mensaje de Amor y Justicia.
Que no dejemos de lado las necesidades de los hermanos,
Estando siempre disponibles al servicio de los demás
Y que no se cause ningún daño a los más vulnerables.
Bendice a esta Iglesia que decimos es Tuya
Y convierte nuestros corazones para obrar el bien
A favor de toda la humanidad.
Así sea
Que nos haga llegar el Amor que Nos tienes,
Que nos conduzca por el camino del encuentro.
Concédenos también, la sabiduría del discernimiento,
Y el valor de afrontar sin quedar dañados,
Los fallos y desaciertos que cometemos.
Concédenos la capacidad de comprensión y perdón
De unos con otros, por la torpeza de no acertar
Con Tu mensaje de Amor y Justicia.
Que no dejemos de lado las necesidades de los hermanos,
Estando siempre disponibles al servicio de los demás
Y que no se cause ningún daño a los más vulnerables.
Bendice a esta Iglesia que decimos es Tuya
Y convierte nuestros corazones para obrar el bien
A favor de toda la humanidad.
Así sea
Oración de Lola López Justicia
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