miércoles, 21 de agosto de 2013

LA LUZ DE LA FE VI


 La fe como escucha y visión

“La fe nace del mensaje que se escucha” (Rom 10,17)
El conocimiento asociado a la palabra es siempre personal…
La fe es, además un conocimiento vinculado al transcurrir del tiempo, necesario para que la palabra se pronuncie: es un conocimiento que se aprende sólo en un camino de seguimiento. La escucha ayuda a representar bien el nexo entre conocimiento y amor.
[….] El Antiguo Testamento ha combinado ambos tipos de conocimiento, puesto que a la escucha de la palabra de Dios se une el deseo de ver su rostro.
Pedro por fin oyó la voz de Jesús. "Antes de que cante el gallo..."

[…] La conexión entre el ver y el escuchar, como órganos de conocimiento de la fe, aparece con toda claridad en el Evangelio de S. Juan. Para el cuarto Evangelio, creer es escuchar y al mismo tiempo ver. La escucha de la fe tiene las mismas características que el conocimiento propio del amor: es una escucha personal, que distingue la voz y reconoce la del Buen Pastor (Juan 10, 3-5) 

Una escucha que requiere seguimiento, como en el caso de los primeros discípulos, que “oyeron sus palabras y siguieron a Jesús”

(Jn 1, 37)

lunes, 12 de agosto de 2013

LA LUZ DE LA FE V


 Amor y conocimiento de la verdad. (26)
“Con el corazón se cree…” Rm 10,10
En la Biblia el corazón es el centro del hombre, donde se entrelazan todas sus dimensiones el cuerpo y el espíritu, la interioridad de la persona y su apertura al mundo y a los otros, el entendimiento, la voluntad, la afectividad. Pues bien, si el corazón es capaz de mantener unidad estas dimensiones es porque en él es donde nos abrimos a la verdad y al amor, y dejamos que nos toquen y nos transformen en lo más hondo. 

...en el corazón nos abrimos
 a la verdad y al amor
 La fe transforma toda la persona, precisamente porque la fe se abre al amor. Esta interacción de la fe con el amor nos permite comprender el tipo de conocimiento propio de la fe, su fuerza de convicción, su capacidad de iluminar nuestros pasos. La fe conoce por estar vinculada al amor, en cuanto el mismo amor trae una luz. La comprensión de la fe es la que nace cuando recibimos el gran amor de Dios que nos transforma interiormente y nos da ojos nuevos para ver la realidad…

Si el amor necesita la verdad, también la verdad tiene necesidad del amor. Amor y verdad no se pueden separar. Sin amor, la verdad se vuelve fría impersonal, opresiva para vida concreta de la persona.

martes, 6 de agosto de 2013

LA LUZ DE LA FE IV


 La forma eclesial de la fe
La fe tiene una configuración necesariamente eclesial, se confiesa dentro del cuerpo de Cristo, como comunión real de los creyentes. Desde este ámbito eclesial, abre al cristiano individual a todos los hombres. La palabra de Cristo, una vez escuchada y por su propio dinamismo, en el cristiano se transforma en respuesta, y se convierte en palabra pronunciada, en confesión de fe. Como dice S. Pablo “con el corazón se cree […] y con los labios se profesa” La fe no es algo privado, una concepción individualista, una opinión subjetiva, sino que nace de la escucha y está destinada a pronunciarse y a convertirse en anunció. (22) 

La pasión según S. Juan
La palabra de Cristo que una vez escuchada se
convierte en profesión de fe 

Fe y verdad

Si no creéis, no comprenderéis (Is.7,9)… El texto de Isaías lleva a una conclusión: el hombre tiene necesidad de conocimiento, tiene necesidad de verdad, porque sin ella no puede subsistir no va adelante. La fe, sin verdad, no salva, no da seguridad a nuestros pasos. Se queda en una bella fábula, proyección de nuestros deseos de felicidad, algo que nos satisface únicamente en la medida en que queramos hacernos una ilusión. O bien se reduce a un sentimiento hermoso, que consuela y entusiasma, pero dependiendo de los cambios en nuestro estado de ánimo o de la situación de los tiempos, e incapaz de dar continuidad al camino de la vida. (24)