La gratuidad y el descansoCON AUTORIZACIÓN DE ECLESIALIA |
ECLESALIA, 31/07/17.- Todos buscamos poseer cosas, a ser posible que sean gratis al calor del conocido dicho de que, sin esfuerzo o sin un precio a pagar, todo sabe mejor; de ahí que la manzana robada siempre resulte tan apetitosa ¿Qué son las rebajas más que un negocio en el que nos ofertan llevarnos parte de lo que compramos sin pagar?
Conseguir un buen precio puede ser mayor victoria que el propio artículo comprado. Pero la cosa se complica cuando asociamos lo barato con lo mediocre, y lo caro como sinónimo de valioso. Y de esto se alimenta la poderosa industria del lujo a base de insuflarnos este tipo de esquemas hacia el poder aparente del consumismo. Esto me trae a la memoria uno de los estupendos cuentos que escribió Antonio Pereira, cuyo protagonista era un fabulador muy considerado que se ganaba la vida en el pueblo contando historias y sucedidos “con mucho relieve”. Un día le dio un derrame cerebral. Hasta entonces, jamás había contado nada que no fuese fantasía suya. Cuando se recuperó, empezó a contar historias verdaderas, y “eso en nuestro pueblo no le interesa a nadie.”