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"... y se hizo hombre" y nos enseñó a orar. Cristo de María García |
Ahora, mirad qué dice vuestro Maestro
Que
estás en el Cielo
¿Pensáis
que importa poco saber qué cosa es Cielo y adónde se ha de buscar vuestro sacratísimo
Padre?
Pues
yo os digo que para entendimientos dispersos que importa mucho, no sólo creer en
esto, sino procurarlo entender por experiencia. Porque es una de las cosas que
ata mucho el entendimiento y hace recoger el alma.
Ya sabéis que Dios está en todas partes. Pues es claro que adonde está el rey,
allí -dicen- está la corte. En fin, que
adonde está Dios, allí es el Cielo.
Sin
duda lo podéis creer que adonde está Su Majestad está toda la gloria.
Pues
mirad que dice S. Agustín que lo buscaba en muchas partes y que vino a
encontrarlo dentro de sí mismo (Soliloquios, 31 y Confesiones X, 27)
¿Pensáis
que es poco para un alma dispersa entender esta verdad y ver que no le hace
falta para hablar con su Padre Eterno ir al cielo, ni para regalarse con Él, ni
necesita hablar a voces?
Por
bajito que hable, está tan cerca que nos oirá. Tampoco necesita alas para ir a
buscarlo, sino ponerse en soledad y mirarlo dentro de sí y no extrañarse de tan
buen huésped. Sino hablarle con gran humildad, como a Padre, pedirle como a
padre, contarle nuestros trabajos y pedirle remedio para ellos, entendiendo que
no somos dignas de ser sus hijas.
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