MADRID, España.
Maite Uribe, directora de la Institución Teresiana, el Consejo de Gobierno y los miembros de las diversas Asociaciones de la Institución, expresan su conmoción y solidaridad ante el horror vivido en París, Francia, por los atentados perpetrados en la noche y madrugada del 13 y 14 de noviembre, actos que merecen la más firme condena de una humanidad que desea y busca la paz y la convivencia.
Maite Uribe, directora de la Institución Teresiana, el Consejo de Gobierno y los miembros de las diversas Asociaciones de la Institución, expresan su conmoción y solidaridad ante el horror vivido en París, Francia, por los atentados perpetrados en la noche y madrugada del 13 y 14 de noviembre, actos que merecen la más firme condena de una humanidad que desea y busca la paz y la convivencia.
“Pido mucho por el pueblo francés en
estos momentos y me uno a la repulsa de tanto crimen sin sentido”,
"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán". Ante la injusticia y la barbarie: la última palabra, la tiene la Palabra.
ECLESALIA Una vez más el foco en la dirección que
deseemos, no sólo en la sangre, sino sobre todo en las rosas que cubren todos
sus charcos. Quizás
el foco sobre todo hacia a esas torres Eiffels solidarias que se expanden por
doquier, por tantas pantallas, tablets, teléfonos…, quizás hacia ese sentimiento de profundo sosiego e
incuestionable libertad, que inunda hoy tantos millones de corazones.Cierto, no somos solo París, somos también Beirut, Damasco,
Bagdad…; somos cualquier lugar del mundo donde un pecho es agujerado, donde una
absurda bomba es detonada; somos cualquier lugar del mundo donde el humano
padece y llora, donde se falta a su derecho al aliento, a sus derechos
fundamentales; somos cada día una humanidad más unida en defensa de la vida,
frente a la barbarie, una humanidad cada día más madura, serena y
fraterna. (Eclesalia
Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su
procedencia).
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