“La alegría del amor”
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¿Por qué hemos llegado aquí? |
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No ha cambiado nada, ha cambiado todo |
El profesor Francisco Alarcos empezó “poniendo una percha”
en la que poder ir colgando lo que aporta la exhortación del Papa Francisco
Amoris Laetitia.
En boca del Cardenal Kasper
este documento “no cambia nada, y
cambia todo”
¿Por qué hemos llegado a dónde estamos? Nos propone 8 vías por las que podemos
transitar.
Han pasado 16 siglos desde el s. IV durante los cuales hemos vivido de aquella influencia.
El vínculo de la familia, no era considerado fuera del
contexto cultural en el que se vivía.
Jesús lo que hace es ampliar la concepción de la familia
¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? La amplifica más allá de la sangre y del
marco jurídico.
En el Evangelio no hay ninguna alusión a la sexualidad.
Hasta el S. IV no entra la influencia del neoplatonismo y con él, la
dualidad cuerpo/alma. Desde entonces la preocupación se centra en salvar el
alma, y luego queda apartada del cuerpo, y todo lo que eso comporta de
afectividad, encuentro, caricias, amor…
Otra vía de influencia fue el estoicismo: sufre y
abstente, sufre y aguanta y todo lo cristiano va a acoger esa doctrina,
olvidando la curación de Jesús y el mismo credo que confiesa la resurrección de
la carne. Porque en el Evangelio no hay dualismo.
San Agustín dice algo así como “el matrimonio es el remedio de los deseos”.
Y así queda la articulación de la familia. Eran matrimonios
de conveniencia, pero no se preguntaba por el amor, si se querían… Solo se
preguntaba si eran libres. Y eso hasta casi nuestros días.
Hemos pasado 16 siglos sin ética de la sexualidad.
En los años 60 con el libro “La revolución sexual” el único
control que queda es la sexualidad, surgen las comunas, el cuerpo es de todos…
sin sanción jurídica.
La ley del divorcio se aprobó en España 1981, con Fernández
Ordóñez.
Terminamos el S. XX
diciendo que queremos institucionalizar el matrimonio gay, hacer un matrimonio
homosexual.
En 50 años se ha pasado de una concepción de la familia en
la que todo lo que se vive en ella es válido… todos tenemos derecho a todo.
Entonces en la familia se vive desde los derechos no desde el amor. Tengo
derecho a un espacio, a…a… todo
El descontrol empezó con la “Humane vitae” cuando la mayoría
proponía el uso de métodos de control de natalidad, la encíclica sólo habló de
métodos naturales, y fue cuando se dio el choque o mejor el alejamiento.
Hoy hay que hablar más de paternidad responsable.
Hoy se plantea el problema de la reproducción artificial o
asistida… y ¿Qué pasa con el resto de los embriones?
No es tan urgente tratar el tema de los divorciados
creyentes y vueltos a casar, hay otros muchos problemas en la familia: la
educación de los hijos que la deben hacer los padres y no las instituciones. Hay
una transferencia de responsabilidad, o las instituciones o los abuelos… Y
eso porque hay necesidades económicas, por eso hay que trabajar tanto…
La experiencia de la familia es el espacio en el que puedo
compartir todo.
Otro escenario: la fragilidad de los vínculos.
Se pretende en todo la calidad, una vida de calidad…
pretendemos poder medirla, como el tiempo de duración de un electrodoméstico (a
las tantas revoluciones ya deja de funcionar)
Las relaciones humanas no es posible medirlas por la
calidad. Si no cumple la calidad ¿se tira? ¿No?
¿Por qué las parejas se separan tanto? Porque si ya no
funciona… yo tengo derecho a vivir mi vida y no el derecho a compartir la vida,
y no sólo mis intereses.
¿Por qué el documento del Papa lo cambia todo?
Los deberes son ineludibles. Pero no son las normas las que
se imponen, sino el discernimiento en situaciones concretas. Hay
situaciones en las que tenemos que discernir. El documento encierra la forma en
que debemos considerar la moral cristiana. La clave no está hecha, hay que
discernir. En matemáticas no cabe el discernimiento: dos y dos son cuatro.
Y aquí aparecen las dos tendencias que se enfrentan: la
moral objetiva, en ella todo está regulado, trazado de antemano, uno no me puedo
equivocar.
Y la moral subjetiva. Para estos la conciencia
personal es la regla de conducta.
Pero atención: La conciencia se forma en relación con los
otros, no por sí sola.
Hay que descubrir la
espiritualidad de la familia. “La sabiduría práctica” que decía Paul Ricoeur
Y terminamos con esta pregunta ¿Cuáles son nuestras
convicciones?
El día 23 el profesor Alarcos abordará esos temas en el
documento. Texto que como todo texto no se puede separar del contexto.
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