lunes, 9 de noviembre de 2020

"REIMAGINARSE COMO UNA COMUNIDAD DE HERMANOS Y HERMANAS"

 

"El Papa invita a los católicos a reimaginarse como una comunidad de hermanos y hermanas"

Timothy Radcliffe: "Francisco desafía la idea - central en el Estado nación moderno - de que un país tiene un derecho absoluto a sus propios recursos y territorio"

 

"En el corazón de esta importante encíclica está la convicción de que la fraternidad es tanto nuestra identidad presente más profunda como nuestra vocación futura"

"El uso que San Francisco y Santo Domingo hicieron de los primeros títulos cristianos 'hermano' y 'hermana' contenía un valor utópico, la promesa de un mundo en el que los extranjeros que abarrotaban las nuevas ciudades serían acogidos"

"El sueño de la hermandad universal tiene menos control sobre el imaginario colectivo que en el pasado"

"Nuestro mundo se ha convertido en un inmenso centro comercial. Desde el siglo XVII la falsa idea de que todo está en venta ha capturado la imaginación común"

"Si nos cerramos herméticamente al extranjero, las culturas locales que nos importan morirán"

05.11.2020 | Timothy Radcliffe op

(L'Osservatore romano).-¿Los seres humanos ya son hermanos y hermanas, o es eso en lo que deben convertirse? En el corazón de esta importante encíclica está la convicción de que la fraternidad es tanto nuestra identidad presente más profunda como nuestra vocación futura. Estamos invitados a convertirnos en hermanos y hermanas en Cristo de una manera que apenas podemos imaginar ahora. "Queridos hermanos, ya somos hijos de Dios, pero lo que seremos aún no se ha revelado. Pero sabemos que cuando se haya revelado, seremos como él, porque lo veremos tal como es". (1 Juan 3:2).

Esto es en parte una aventura de la imaginación. Por imaginación no me refiero a lo "imaginario", a la fantasía, sino a una transformación de cómo somos en el mundo. La imaginación cristiana es el poder del Espíritu Santo que nos lleva a toda la verdad. Es "el pensamiento de Cristo" (1 Corintios 2: 16).

Ya en el Génesis hay en juego una imaginación fraternal que nos lleva desde la rivalidad fraternal asesina entre Caín y Abel, pasando por las tensiones entre Isaac e Ismael, Esaú y Jacob, Lea y Raquel, hasta la reconciliación de José con sus hermanos. Ser hermanos o hermanas no es sólo y simplemente una cuestión de descendencia biológica, sino un crecimiento en la responsabilidad mutua, construyendo el hogar común. Nos guía la pregunta del Señor a Caín: "¿Dónde está Abel tu hermano?" (Génesis 4:9), al abrazo de José a sus hermanos: "Yo soy José, tu hermano, a quien has vendido para Egipto. Pero no os entristezcáis ni os preocupéis por haberme vendido aquí abajo, porque Dios me ha enviado aquí antes que vosotros para manteneros con vida" (Génesis 45, 4-5). El Génesis sienta las bases de la existencia de Israel al llevarnos al triunfo de la hermandad sobre la rivalidad.

 


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