Del Epistolario de San Pedro Poveda: Dios es "un padre cariñoso"
- EN ESPIRITUALIDAD / EVANGELIZACIÓN
- ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN EL 02 DICIEMBRE 2013
El 3 de diciembre de 1874 nacía en Linares, España, san Pedro Poveda. En el aniversario de su nacimiento publicamos una carta escrita en 1898 por el joven sacerdote ordenado apenas un año antes, y que entre otras tareas destaca la del acompañamiento espiritual, o como dice el autor por aquellos años miraba "con predilección el confesionario”.
En la escritura se descubren los rasgos espirituales del autor; habla de Dios como un “padre cariñoso” que abre caminos de libertad al ser humano.
En la carta a Dª Carmen Escario Lapoulide (1864-1940) se vislumbran las dotes espirituales de D. Pedro Poveda para quien “la santidad es compatible con todos los estados, con todos los temperamentos y con toda edad y sexo”. La receptora de la carta era en ese momento una mujer casada con D. Juan Pérez Seoane y madre de dos hijos; residía en Sevilla. En 1915 muere su esposo. En 1918 se incorporó a la Institución Teresiana, tomando parte activa en la apertura de las Academias de Sevilla y Barcelona, entre otras responsabilidades.
Del Epistolario de Pedro Poveda
A Dº Carmen Escario
“Jesús sea el dueño de su alma. Cada día me voy convenciendo más y más de que el camino emprendido es el único que puede tomarse para conseguir el fin que se persigue, que no es otro que el santificarse.
Como una de las cosas más necesarias para lograr la santidad es la perseverancia, de ella debe ocuparse el alma que a lograr la santidad encamina sus actos y aspiraciones. Perseverar con un mismo temple de espíritu en los días de bonanza y en los de borrasca, en las angustias y en las dulzuras, en el tiempo seco y en el lluvioso es tarea imposible para el alma sin el auxilio de Dios, y no obstante ser así, esta perseverancia e igualdad de espíritu prueba y demuestra la santidad del ser que la posee.
Nada importa el sentir diferencia de espíritu, pues el sentir no es consentir, y nuestra sensibilidad, humanamente hablando, se modifica con el tiempo y no de repente.