Lo de Sócrates y Buda quedó un poco corto. En cambio la parte de Jesús, su "pretensión" de divinidad fue muy iluminadora. Aunque la palabra "pretensión" no me gusta, parece algo que se atribuye la persona sin demasiado derecho.
Lo de Sócrates y Buda quedó un poco corto. En cambio la parte de Jesús, su "pretensión" de divinidad fue muy iluminadora. Aunque la palabra "pretensión" no me gusta, parece algo que se atribuye la persona sin demasiado derecho.
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