JESÚS AMIGO
CAMINO DE PERFECCIÓN
No os pido sino que le miréis
Teresa nos enseña lo que
podemos hacer, podemos acostumbrarnos, podemos enamorarnos, podemos procurar su
amistad. Jesús del Evangelio no es alguien lejano, como un modelo a imitar, es alguien
entrañable como un amigo cercano, alguien con quien estar.
Un amigo que quiere nuestra
amistad, que nos ofrece la suya. Y que no pide grandes cosas, quizá sólo una,
que queramos. que le busquemos, tal como somos, tal como estamos, sin grandes
discursos, con palabras que salen del corazón, nos dirá Teresa.
Es un camino posible, un
camino a recorrer. Se necesita constancia, “determinación”, no volver atrás.
Aunque sea con esfuerzo, estando muchas veces con El tratando de amistad.
Confiarle nuestra vida,
nuestras preocupaciones, nuestras inquietudes. Y no irnos de vacío, pedirle y
esperar que El nos muestre las suyas, como hacen los verdaderos amigos.
Teresa sabe lo que podemos hacer
para aprender a orar, podemos mirarle. Ella lo ha hecho muchas veces. Le ha
buscando con todos los recursos a su alcance. Nos asegura que es posible, que
podemos intentarlo.
Releemos el capítulo 26
de Camino de Perfección (CV), un capítulo a grabar en el corazón y en la
memoria:
1. […] Representad al mismo Señor junto con
vos y mirad con qué amor y humildad os está enseñando. Y creedme, mientras
pudiereis no estéis sin tan buen amigo. Si os acostumbráis a traerle cabe vos y
El ve que lo hacéis con amor y que andáis procurando contentarle, no le podréis
-como dicen- echar de vos; no os faltará para siempre; ayudaros ha en todos
vuestros trabajos; tenerle heis en todas partes: ¿pensáis que es poco un tal
amigo al lado?
2. ¡Oh hermanas, las que no podéis tener
mucho discurso del entendimiento ni podéis tener el pensamiento sin
divertiros!, ¡acostumbraos, acostumbraos! Mirad que sé yo que podéis hacer
esto, porque pasé muchos años por este trabajo de no poder sosegar el
pensamiento en una cosa, y eslo muy grande. Mas sé que no nos deja el Señor tan
desiertos, que si llegamos con humildad a pedírselo, no nos acompañe. Y si en
un año no pudiéremos salir con ello, sea en más. No nos duela el tiempo en cosa
que tan bien se gasta. ¿Quién va tras nosotros? Digo que esto, que puede
acostumbrarse a ello, y trabajar andar cabe este verdadero Maestro.
3. No os pido ahora que penséis en El ni
que saquéis muchos conceptos ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones
con vuestro entendimiento; no os pido más de que le miréis. Pues
¿quién os quita volver los ojos del alma, aunque sea de presto si no podéis
más, a este Señor? Pues podéis mirar cosas muy feas, ¿y no podréis mirar la
cosa más hermosa que se puede imaginar? Pues nunca, hijas, quita vuestro Esposo
los ojos de vosotras. Haos sufrido mil cosas feas y abominaciones contra El y
no ha bastado para que os deje de mirar, ¿y es mucho que, quitados los ojos de
estas cosas exteriores, le miréis algunas veces a El? Mirad que no está
aguardando otra cosa, como dice a la esposa, sino que le miremos. Como le
quisiereis, le hallaréis. Tiene en tanto que le volvamos a mirar, que no
quedará por diligencia suya.
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