La santidad es compatible con todos los estados. El Papa Francisco parece que coincide con esto. |
San Pedro Poveda vivía con gratitud y hondura los aniversarios de sus fechas
sacerdotales. El 17 de abril de 1897 fue ordenado presbítero en la capilla del
palacio episcopal de Guadix y el día 21 celebró su primera misa solemne en el mismo
lugar.
La Institución Teresiana mantiene viva la memoria del sacerdocio de san
Pedro Poveda, conscientes de que allí está su identidad más profunda, la que le
llevó a pronunciar antes de su martirio "soy sacerdote de
Jesucristo". En diferentes lugares del mundo son oportunidad de encuentro
y comunión.
Entre tantos aspectos de la espiritualidad de san Pedro Poveda que
podríamos destacar, ofrecemos el fragmento de un texto de Mª Dolores Gómez
Molleda, que forma parte de un libro recientemente editado por la Editorial
Narcea “Pedro Poveda y nosotros. Un equipaje espiritual para cristianos
laicos”; (1) junto con la invitación a leer el conjunto de conferencias
pronunciadas por la autora, entre 2005 y 2011.
Hombres y mujeres de Espíritu
“A pesar del predominio de la tendencia al alejamiento del mundo que se
vivía en sectores sociales y religiosos muy cualificados al inicio del siglo
XX, es sorprendente la postura que adopta Pedro Poveda cuando era un joven
director espiritual. Escribe a una señora casada [Dª Carmen Escario] (2)
“La santidad es compatible con todos los
estados, con todos los temperamentos con toda edad y sexo. No son impedimentos
las ocupaciones, los negocios, las contrariedades, la abundancia, la escasez,
nada ni nadie. No se requieren penitencias determinadas, tiempo de oración
marcado, lectura prescrita, ni rezo alguno en concreto (…)
Luego puede ser santa en ese estado, en esa casa, en esas ocupaciones y en esa atmósfera. Luego si no lo es, dependerá de su voluntad, porque Dios lo quiere, y puede ser.
Requisitos necesarios son: gran deseo y constancia en él; amor a la voluntad de Dios y oración continua (…) y gran confianza en el Señor. Oración continua no quiere decir devociones continuas, solamente constante presencia de Dios”.
Luego puede ser santa en ese estado, en esa casa, en esas ocupaciones y en esa atmósfera. Luego si no lo es, dependerá de su voluntad, porque Dios lo quiere, y puede ser.
Requisitos necesarios son: gran deseo y constancia en él; amor a la voluntad de Dios y oración continua (…) y gran confianza en el Señor. Oración continua no quiere decir devociones continuas, solamente constante presencia de Dios”.
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