Lecciones de la Doctora
Teresa
Doctora para una Iglesia en crisis y el proceso de su Doctorado
Publicado el 25/09/2020 por MJ Daniel de Pablo Maroto, ocd “La Santa” (Ávila) La
Doctora Teresa nos ha dado tres lecciones desde esta cátedra de papel. El Dios
revelado en la “experiencia mística” de Teresa. Dios suma Verdad. Y Nuestro Dios
es Amor. En esta última entrega, en el día del 50 aniversario de su proclamación
oficial del Doctorado en la Iglesia (1970-2020), aprovecho la ocasión para
presentar dos historias que se complementan. En primer lugar, el Proceso
canónico seguido por la Santa Sede para conceder el título oficial de Doctora de
la Iglesia a santa Teresa de Jesús, una mujer. Por primera vez se rompía la
barrera del obstat sexus, lo impide el sexo (femenino), fundado en unos textos
de san Pablo: “No permito a las mujeres enseñar” (1Tm, 2, 12) y “Las mujeres se
callen en la iglesia” (1Cr, 14, 34), afirmaciones de orden disciplinar tomadas
por la tradición como norma inviolable. De hecho, hasta ahora todos los
admitidos como “Doctores” de la Iglesia eran varones, entre ellos algunos de los
considerados como “Padres” de la Iglesia. Fue el papa Pablo VI quien se atrevió
a romper la tradición el 15 de octubre de 1967, fiesta de santa Teresa, durante
la Eucaristía de la Basílica del Vaticano dirigiéndose a los asistentes al
“Tercer Congreso mundial del Apostolado seglar”, propuso a santa Teresa como una
cristiana “comprometida” en ese apostolado mediante la oración y la unión con
Dios. “Nos proponemos -dijo- reconocerle a ella un día, igual que a santa
Catalina de Sena, el título de Doctora de la Iglesia”. Añado por mi cuenta que
lo es por otras varias razones: por ejemplo, por su conciencia de ser un miembro
en Iglesia, por su deseo de misionar y “salvar almas”, de “dar voces” pregonando
quién es Dios, por el ejemplo de vida santa y su sabiduría, etc. La noticia la
divulgaron los medios de comunicación de todo el mundo. A partir de entonces se
puso en marcha la maquinaria de un proceso canónico que duró años e indica la
importancia que tiene el acto en la tradición de la Iglesia, sobre todo sabiendo
su aspecto revolucionario. Previo a la declaración solemne del Papa, varios
especialistas en materias eclesiásticas elaboraron dos documentos llenos de
sabiduría canónica, teológica, histórica que se ofertaron al Papa que es el que
proclama a la candidata como “Doctora” de la Iglesia. El primero con el título
de Positio Peculiaris, previo a la proclamación de la noticia por el Papa el año
1967 y concluyendo que la candidata tenía los méritos suficientes para
concederle el título. Respondieron positivamente cuatro especialistas en Sda.
Escritura, teología dogmática y teología e historia de la espiritualidad que la
Iglesia puede conferir el título de “Doctora” a las mujeres, hasta entonces con
respuesta negativa. Fue la puerta abierta para la elaboración de un segundo
documento mucho más completo, la propiamente llamada Positio, realizado en la
Sagrada Congregación de las Causas de los Santos en la que colaboraron muchos
especialistas, a los que se añaden las “peticiones” de las congregaciones
religiosas, cardenales, arzobispos, obispos, universidades civiles y
eclesiásticas, Facultades de Teología, personalidades prestigiosas, etc. En
síntesis, las voces provenientes de muchos y variados ambientes. Es un verdadero
monumento de saberes varios, precedidos por la “petición” oficial del Padre
General de la orden de los carmelitas descalzos, Miguel Ángel de San José.
Importancia especial tiene el “Voto” de la Facultad de Teología del Teresianum,
en Roma, de los carmelitas descalzos, fundado en “razones” históricas,
teológicas, litúrgicas y de actualidad. Y concluye la “Positio” con los votos
positivos de cuatro teólogos aprobando la proposición y la oportunidad de
declarar Doctora de la Iglesia a santa Teresa de Jesús. Todo concluyó con la
declaración del papa Pablo VI el 27 de septiembre de 1970: “Declaramos a Santa
Teresa de Jesús, virgen de Ávila, Doctora de la Iglesia universal”.
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