Brújula desde la fe
Autorizado por Eclesalia
BRÚJULA DESDE LA FE
GABRIEL Mª OTALORA, gabriel.otalora@outlook.com
BILBAO (VIZCAYA).
ECLESALIA, 28/10/19.- Existen actitudes mejores y peores para afrontar el reto
que nos plantea la existencia cada día. No es cosa diferente para los
cristianos, a quienes su fe no supone una ventaja en los problemas de la vida.
La Buena Noticia evangélica no va por ahí, pues la religión no es un asidero
para esquivar los problemas, sino para superarlos y darles un sentido a partir
de las normas de conducta que Jesucristo nos marca.
Nada que ver con las actitudes cobardes o con la falta de coraje; lo que se
nos pide es un esfuerzo por cambiar a mejor nuestro interior como requisito
necesario si queremos mejorar lo que nos rodea.
Pero estamos en crisis y nuestro interior es un batiburrillo de miedos,
deseos, anhelos y contradicciones. No es suficiente el evangelio ni el profeta
en forma de Papa Francisco para este momento concreto, tan difícil, para un
cristiano que no quiere encerrarse en su burbuja sino vivir en el mundo a la
manera que nos enseñó el Maestro. Veamos algunas pautas de oración que se me
ocurren para navegar por el desierto de este tiempo tan poco luminoso
espiritualmente hablando:
·
Es preciso no perder la calma. Es
necesario pedir luz y fuerza.
·
Abrirse a la escucha: el cielo emite
noche y día.
·
Actuar como si todo dependiese de mí,
sabiendo que todo depende de Dios.
·
La fuerza de mi debilidad es la oración.
Cristo dijo: “pedid y recibiréis”.
·
Temple, templanza. Saber encajar la
situación actual. Hoy no es siempre.
·
No pensar siempre en uno mismo:
descentrase del “yo”.
·
El prójimo es la gran referencia de Dios
en esta vida.
·
No rezar para Dios realice mis planes,
sino para que yo interprete los planes de Dios.
·
Estoy donde Él quiere que esté. Es mi
guía y solo me pide que trabaje. Él me lleva.
·
Esperanza por encima del hecho puntual
que abruma. Mi realidad percibida es parcial.
·
Que no me condicione el ambiente en mi
tarea de crecimiento personal y de arreglar en lo posible el día a día,
quitando cruces y, sobre todo, no poniendo nuevas cruces a los demás.
·
Esperar “en Dios”, más que esperar “que
ocurrirá tal deseo”. Valorar más el esfuerzo realizado más que el resultado
deseado. Nuestros enemigos son la ansiedad y la frustración.
·
Valoremos todo lo que tenemos: afectos,
salud, fe, familia, trabajo, amigos, cultura, dinero y miles de cosas más que
somos incapaces de ver ni de agradecer. Son gratis, son regalos de Dios.
REZAR
·
Hablar con Dios.
·
Escuchar a Dios.
·
Pedir luz y fuerza.
SER POSITIVO
·
Sonreír.
·
Escuchar.
·
Respetar.
·
Ofrecerse.
ACEPTAR LO QUE NO PODEMOS CAMBIAR
·
Saber que Dios nos quiere.
·
Seguir sin desfallecer, sin parar.
·
Ofrecer el sufrimiento.
·
Esperar.
·
Dar gracias.
HACER
·
Lo pequeño, es grande.
·
Mi tarea es importante.
·
Lo cotidiano, crea.
MEJORAR
·
Pensar bien.
·
Hablar bien.
·
No difamar.
AUTOESTIMA
·
Recordar todo lo bueno que tengo.
·
Vivir el presente.
·
Confianza: todo es gracia.
MADURAR
·
Relativizar.
·
Maravillarse.
·
Perdonar.
·
Aceptar.
·
Aceptarse.
·
No temer.
Todas estas pautas me han servido para centrarme en la confianza y en la
esperanza al atravesar desiertos muy difíciles que no auguraban nada bueno.
Pero el desierto pasa. Todo pasa porque somos peregrinos en camino. Se trata de
vivir de una
determinada manera con lo que llega o lo que nosotros
generamos. Lo importante no es lo que nos acontece, aunque sea algo bueno,
sino cómo lo
afrontamos. En nuestra actitud está la respuesta.
En nuestra disposición y entrega está la clave para acertar en nuestra apuesta
vital (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus
artículos, indicando su procedencia).
Gracias por compartirlo, y hacerlo llegar hasta nosotros. Es una ayuda para seguir avanzando en nuestro camino de crecimiento,intentando quitar cruces y sobre todo no añadiendo más .
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