Que el único poder sobre la tierra sea el de tu infinito Amor
La guerra Si suenan tambores de lucha, de tristeza y desaliento; si se alza la lanza del poderoso, se extienden las lenguas de fuego y se desborda el océano de la avaricia... Entonces..., no llegará la primavera. Si de las nubes llueve metal, y el humo oculta al sol; si la tierra fértil se torna en erial, arden los bosques y reina el caos y el desamor... Entonces..., no llegará la primavera. Si no apaciguamos nuestras iras, rencores y desamores, si no se despeja la bruma de la noche, si no dejamos crecer las flores, y arden sus retoños... Entonces... , llegará la guerra. Deja, Señor, que las amapolas se extiendan como mareas sobre los verdes campos: inunda nuestro pecho despiadado con el aire fresco de tu misericordia. Haz que el monstruo del egoísmo duerma con sueño eterno, que el único poder sobre la tierra sea el de tu infinito Amor. Mercedes Maroto
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